El edificio Natura, situado en el valle de Tumbaco en Ecuador, nace de la necesidad de abordar una problemática de la zona: los crecientes desplazamientos diarios a la ciudad de las personas que habitan en esta área residencial.
La realidad es que el crecimiento poblacional y urbanístico, así como el hecho de que las personas que habitan en el valle se desplacen cada día para ir a trabajar en la ciudad, ha incrementado la preocupación por el bienestar medioambiental de la zona.
De esta inquietud nace Natura, un proyecto arquitectónico diseñado por el despacho Diez+Muller Arquitectos en Ecuador. El edificio busca la responsabilidad medioambiental y aboga para evitar que el paisaje se vea alterado por la presencia de esta construcción, mejorando la relación entre el edificio y sus alrededores. Un excelente ejercicio simbiótico.
La relación de Natura con el entorno
Poder vivir en contacto con la naturaleza fue uno de los objetivos del proyecto. El valle de Tumbaco cuenta con un patrimonio natural importante y su entorno más próximo se caracteriza por un ambiente tranquilo.
Al diseñar el proyecto, se resolvió integrar el edificio en el contexto de forma muy sutil, acoplándose y amoldándose al entorno natural. Los arquitectos respetaron la mayor cantidad de vegetación posible de la zona, integrando árboles y plantas en los diferentes espacios del edificio.
Otro de los retos del proyecto fue adaptar los espacios a los niveles naturales del terreno, ya que este se encontraba en pendiente negativa. Se logró construir espacios a diferentes niveles creando así magníficos recorridos y circulaciones para quienes caminen por los interiores del edificio.
Conectar a las personas a través del espacio
En una sociedad con prisas, de personas que van del trabajo a casa, o del coche a casa, se ha perdido la parte más relacional entre individuos. Siendo conscientes de esta realidad, los arquitectos plantearon una construcción con espacios que fueran capaces de generar encuentros entre las personas que habitan en él.
Teniendo en cuenta que el 70% del edificio está formado por oficinas, mientras que el 30% restante son viviendas, uno de los retos conseguidos fue evitar que los vecinos sintieran que vivían entre despachos.
Se diseñaron salas de espera, áreas comunes de descanso, lugares de exposición, cultura, salud y arte, zonas pensadas principalmente para que los usuarios del edificio se encuentren y se relacionen.
Además, mediante circulaciones en sentido horizontal y vertical, se invita al usuario a pasear por el edificio y a relacionarse con los demás.
La iluminación natural del edificio y las ventanas Thermia®
Uno de los principales desafíos del proyecto fue dotar al edificio de una buena iluminación natural y garantizar que la entrada de luz directa durante todo el día no incrementara demasiado la temperatura del edificio. Las ventanas Thermia® jugaron un papel importante en este aspecto.
La gran cubierta transparente situada en atrio, permite que no se necesite recurrir a la luz artificial hasta las seis y media de la tarde aproximadamente.
Para regular la temperatura del edificio y garantizar un buen aislamiento acústico y térmico, se instalaron ventanas Thermia®. Las prestaciones de nuestras ventanas permiten por un lado ambientes confortables a la par que abren visualmente el edificio hacia el exterior.
Este es sin duda un proyecto que destaca por su compromiso con el medioambiente, su ímpetu en la creación de relaciones humanas, y su indudable belleza gracias, entre otros, al cálido abrazo que forja con la naturaleza.
Distribuidor de ventanas Thermia en Ecuador: ER Servicios
Imágenes cedidas por el estudio Diez+Muller y ER Servicios
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