Durante treinta años, la casa de playa Las Palmas, ubicada en la costa peruana, ha sido un refugio veraniego para la familia García. Con el paso del tiempo, la casa comenzó a mostrar signos de desgaste. En una reunión familiar, el abuelo, que había comprado la casa con su esposa, comentó que sería maravilloso restaurarla para las futuras generaciones, preservando los recuerdos mientras se actualizaba para las necesidades modernas. Así, la familia decidió emprender una renovación que no solo actualizara su apariencia, sino que también la adaptara a las necesidades de una vida moderna.
Los García, profundamente apegados a su hogar, decidieron revitalizar la casa sin perder su esencia original. Buscaron la ayuda de Rocío Gonzáles Design, una firma de arquitectura de interiores conocida por su habilidad para fusionar tradición y modernidad en sus diseños. Cuando Rocío visitó la casa por primera vez, quedó encantada con las historias que el abuelo compartió sobre los veranos pasados. Entendió que el proyecto no solo requería mejoras estéticas y estructurales, sino también la creación de un entorno que evocara alegría y calma, donde cada miembro de la familia pudiera sentirse en casa.
Desafíos y optimización del espacio
Rocío aceptó el reto de modernizar una estructura antigua sin sacrificar su alma. La familia deseaba un hogar funcional que promoviera la relajación y el disfrute, con espacios que garantizaran una temperatura ideal, una iluminación óptima y una estética acogedora. Rocío se inspiró en las anécdotas de la familia para diseñar cada rincón, desde la entrada hasta la terraza, asegurándose de que cada espacio fuera un reflejo de los veranos felices pasados y futuros.
Uno de los mayores desafíos fue transformar las fachadas arquitectónicas, especialmente las ventanas, la entrada y la terraza. Rocío sabía que era crucial combinar un rediseño estético con la optimización del espacio interior. La cuidadosa selección de colores, materiales y productos fue esencial para cumplir con las expectativas de la familia. Cada elemento, desde las ventanas corredizas hasta los perfiles de carpintería, fue elegido con atención, asegurando que el hogar mantuviera su encanto original mientras se adaptaba a las necesidades modernas.
El valor añadido
En cuanto a las ventanas, Thermia se destacó como la elección ideal. Sus sistemas de cerramientos para la fabricación de ventanas de aluminio, diseñados y ensayados siguiendo rigurosamente las normativas de calidad Europea, ofrecieron excelentes resultados en hermeticidad, durabilidad y eficiencia energética. La serie CF 31 CRUCE CURVO fue seleccionada para la mampara de ingreso, mientras que los sistemas CF 22 y CF 26 PER se usaron en las ventanas corredizas, todos en un elegante color blanco. Cyvsa, el fabricante e instalador de ventanas en obra, fue el cliente directo de Thermia y se encargó de la implementación de estos productos. Estos elementos no solo cumplieron con los requisitos técnicos, sino que también añadieron un toque de modernidad y frescura a las fachadas. Marcel Suurmond, el fotógrafo, capturó la belleza de la casa renovada en una serie de imágenes que destacan la perfecta combinación de tradición y modernidad.
El abuelo García, al ver la casa restaurada, no pudo evitar emocionarse. Recordó los días en que sus hijos eran pequeños y jugaban en la arena, y se sintió agradecida de que ahora sus nietos pudieran disfrutar de la misma casa, pero en una versión modernizada y adaptada a los tiempos actuales. La renovación de la casa de playa Las Palmas es un testimonio de cómo una intervención cuidadosa y bien planificada puede transformar una vivienda histórica en un refugio moderno y funcional, sin perder su esencia original.
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