Llegar a alcanzar la felicidad parece ser el objetivo más importante de casi todos los humanos. Pero, ¿qué es? y sobre todo ¿Como las ventanas de aluminio intervienen en estos diseños de edificios felices?
La felicidad es una emoción que suele ir aparejada a una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría. Así pues podemos decir que la felicidad es el estado del ánimo en dónde la persona que está feliz se siente a gusto, contenta o complacida.
Y lo más importante, ¿cómo la puedo conseguir? Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo. Los seres humanos no somos conscientes de que nuestro entorno construido, el impacto de la arquitectura en el ser humano puede proporcionarnos ese elevado grado de felicidad. No existe un índice de felicidad común, cada persona construye su felicidad, al igual que construimos un edificio. Por eso, no todo lo relacionado con una reforma tiene que ver con una obra física, pérdidas de carga de los cerramientos, técnicos de obra, presupuestos,… Existe un mundo que tiene que ver más con las sensaciones y las formas que tenemos de vivir, decorar i sentir nuestros hogares. Por eso, un edificio feliz debe ser un edificio construido a la medida de cada uno, para que puedas sentirte cómodo en él y poder conseguir el estado máximo de plenitud.
Y es aquí donde aparece el concepto de Wayfinding, uno de los campos más investigados de la relación entre las personas y la arquitectura. La traducción literal “Encontrar el camino” no transmite la idea. Según el experto en la materia Dimas García Moreno, es un “proceso de orientación y movilidad, constituido por tareas de percepción, cognición e interacción entre la persona y el medio físico que se desplaza por el mismo”. Es decir, el wayfinding tiene que ver con el ser humano, con la forma en que conocemos y nos desenvolvemos en un determinado entorno.
Para facilitar este proceso perceptivo, cognitivo y de interacción, existen unas herramientas de diseño. El diseño wayfinding, según García Moreno, implica “la creación y desarrollo de sistemas de información dirigidos a orientar y direccionar a las personas en entornos naturales, urbanos y arquitectónicos”. Esto significa que el diseñador facilitará, con los elementos que crea, el procedimiento por el que la persona se mueve en un determinado espacio. En definitiva, el wayfinding denota un aspecto fundamental: la preocupación por el usuario en términos de persona (no de consumidor, de inversor, de trabajador o de cualquier otra categoría).
Teniendo en cuenta esto, se puede decir que la forma en la que la arquitectura nos influye en la vida cotidiana y en nuestra propia felicidad, sin darnos cuenta en la mayoría de los casos, es decisiva para sentirse feliz.
Sentirse bien con nuestro alrededor es muy importante, por eso un edificio debe ser un templo para la felicidad.
Si bien, cada edificio debe construirse según el gusto y las necesidades de cada uno, existe estrategia básica y contrastada para lograr la felicidad, haciendo hincapié en sus factores reductores y amplificadores, y establece las bases conceptuales para lograr un Nuevo Paradigma en Arquitectura, integrada en la Naturaleza, y capaz de hacer feliz a sus ocupantes. Este nuevo paradigma debe adaptarse a cualquier entorno social y cultural, por lo que en cada uno de ellos tendrá unos parámetros ligeramente diferentes. Sin embargo, y en base a todo lo expuesto, se puede identificar un conjunto de parámetros comunes a cualquier entorno, y que son imprescindibles para fomentar y amplificar nuestra felicidad. He aquí unas claves comunes para crear “edificios felices”.
Claves comunes para crear “edificios felices”
1 El equilibrio Térmico y la felicidad.
Un edificio feliz debe mantener una temperatura constante durante todo el año. Los humanos, por su capacidad de adaptación, puede sobrevivir en entornos térmicos extremos, aunque solo siente confort en un determinado rango de humedad y temperatura (entre los 20 y los 28 grados centígrados y el 30 y el 85 por ciento de humedad). Vivimos en un planeta en el que la temperatura cambia durante el año y existen pocos lugares en el mundo en los que el clima sea similar todos los días del año, por eso el ser humano debe construir hábitats capaces de ampliar el rango de confort higrotérmico natural.
2 Variación térmica estacional.
La arquitectura para la felicidad tiene como objetivo crear construcciones con un diseño especial que nos mantenga dentro de esa zona de confort higrotérmico, pero además debe permitirnos sentir las variaciones térmicas de la Naturaleza. Y todo ello sin consumo energético asociado.
La solución pasa por el diseño bioclimático de la arquitectura, ¿cómo? La arquitectura bioclimática debe mantenernos frescos en los periodos cálidos, sin dañar nuestra salud, y calientes en los fríos, de un modo natural, y al menor coste económico posible.
3 Un edificio feliz necesita iluminación natural
Los edificios felices deben estar bien iluminados de forma natural. La iluminación natural es realmente beneficiosa para nuestra salud y nuestro bienestar, y por ende para nuestra felicidad. Durante el día tenemos más energía que durante la noche. Esto es porque, cuando hay luz natural, el cuerpo humano genera serotonina en el cerebro para estimularlo. Por el contrario, en ausencia de luz, el cuerpo humano segrega melatonina, la hormona del sueño, que relaja y tiene propiedades regenerativas. Una buena iluminación natural hará que nos sintamos más felices, además de ahorrar muchísima energía y dinero.
En ocasiones, el arquitecto diseñará grandes espacios con grandes aberturas. En este escenario las ventanas de aluminio seran la pieza clave para dar respuesta a esta necesidad. Así, la entrada de luz se dará, entre otros, gracias a las soluciones en ventanas correderas o balconeras de gran formato, diseñadas especialmente para fundir el interior con el exterior y hacer de la luminosidad un elemento básico del edificio.
4 Sencillez tecnológica y mínimo mantenimiento
Todos los edificios deberían ofrecer a sus ocupantes las mejores condiciones de habitabilidad posibles. En lugar de diseñar mejor los edificios, tendemos a implementar todo tipo de herramientas, para obtener una mejor calidad de vida. Sin embargo, esto requiere un mantenimiento importante y hace que se merme el bienestar de los ocupantes de la vivienda.
Es por esto que para tener una vivienda o edificio feliz debemos incorporar la menor cantidad posible de artefactos.
5 Uso de materiales naturales
El uso de materiales naturales fomenta nuestro bienestar y nuestra salud, además de suponer grandes ventajas medioambientales. Una de las características más importantes en la utilización de materiales naturales es que nos proporciona un estado psicológico de equilibrio con la naturaleza, invitándonos a trascender como humanos y alcanzar un estado de felicidad, disminuyendo al máximo todos los factores reductores de la felicidad.
6 Diseño arquitectónico sencillo y no monótono
Un factor importante para tener un edificio feliz es que debe tener un diseño que pueda ser asimilable fácilmente por la mente humana, de tal modo que la percepción de una parte de un este, permita predecir el resto. No se debe caer en hacer un edificio demasiado sencillo ya que aburre fácilmente, pero una arquitectura demasiada compleja nos causará rechazo e indiferencia.
Es por ello que el arquitecto debe crear una construcción que parezca sencilla pero que en realidad esconda una estructura compleja, invitándonos a su exploración y reservando sorpresas para que nunca aburra. Logrando aunar la sencillez y la complejidad conseguimos un edificio que proporcionará felicidad a todos sus ocupantes.
7 Encontrar los colores adecuados
Múltiples investigaciones han confirmado que el color ejerce una influencia emocional y psíquica sobre el organismo humano. Los colores pueden afectar nuestras emociones y nuestro comportamiento más de lo que creemos. Tal es la influencia que ejercen sobre nuestro bienestar que deberíamos rodearnos de espacios convenientemente coloreados para conseguir esa felicidad tan deseada.
A pesar de ello, no hay una respuesta universal al color, y cada persona puede reaccionar de un modo ligeramente diferente, en base a sus propias experiencias y preferencias personales. Sin embargo existen ciertos invariantes generales que se deben tener muy en cuenta a la hora de realizar un correcto diseño arquitectónico.
Los colores corresponden a vibraciones que tienen velocidades, longitudes y ritmos de onda diferentes. No somos conscientes pero tienen un importante papel: revitalizarnos y llenarnos de energía, con lo que contribuyen al equilibrio físico y mental.
Cada tonalidad cromática posee una vibración diferente que actúa sobre nuestro campo bioenergético. Por ello, a la hora de diseñar un edificio debe tenerse muy en cuenta las necesidades particulares de aquellos que la ocuparan, con el fin de crear una combinación cromática adecuada para proporcionarles un alto grado de felicidad.
Las ventanas de aluminio Thermia disponen de una amplia gama cromática para poder hacer frenete a esta necesidad. Las podemos encontrar en varias texturas y acabados, justamente para ir en consonancia con las directrices del arquitecto o diseñador de interiores en pro de estos edificios felices.
8 Sensación de seguridad e intimidad
Desde el inicio de nuestros tiempos es muy importante para los humanos sentirnos seguros. La felicidad consiste en gran parte en la ausencia de cualquier miedo por ello necesitamos sentirnos lo más seguros y protegidos posible en cada momento de nuestras vidas. Esta sensación de seguridad y protección la debemos conseguir en todos los aspectos de la vida por lo que nuestras viviendas también deben proporcionárnosla en la medida de lo posible.
9 Belleza
¿Qué es la belleza? Podríamos decir que es la cualidad de todo aquello capaz de provocar en quien lo contempla o lo escucha un placer sensorial, intelectual o espiritual. Por lo general, la belleza es una cuestión de proporciones armónicas (orden y simetría), un conjunto de relaciones matemáticas que regulan la forma de un determinado organismo, y que, por extensión, podrían utilizarse en la composición de cualquier objeto. Hay que tener en cuenta que lo que es bello a los ojos de uno puede no serlo a los ojos de otro pero, por lo general, cuando nos encontramos con la belleza encontramos la felicidad al contemplarla. Por esa razón es importante que la arquitectura sea bella. Estar rodeados por una decoración o algún objetos de gran belleza nos ayudará a ser más felices.
10 Ausencia de elementos patógenos
Son muchos los productos utilizados en el sector de la construcción que son perjudiciales para la salud humana. Es importante saber las distintas patologías producidas por las emisiones de ciertos materiales de construcción. Pero más importante es conocer las alternativas saludables a estos materiales y utilizarlas con la finalidad de garantizar nuestra salud y bienestar. Por eso en los edificios felices es tan importante utilizar materiales ecológicos y saludables.
El uso de ventanas de aluminio puede mejorar enormemente la entrada de polvo y patógenos del exterior. Así, conseguimos un hogar más limpio y agradable que nos influencia a sentirnos mejor dentro del hogar.
11 Transpirabilidad
Uno de los principales errores a evitar, para disminuir las patologías asociadas a los edificios, es que tengan una mala transpirabilidad, ya que eso haría que se concentrara una excesiva humedad dentro de nuestro hogar. Pero, ¿qué es la transpirabilidad de un edificio? Hablamos de transpirabilidad para referimos a la condensación que puede producirse en la capa de aislamiento de paredes o cubiertas si se utiliza un material de baja resistencia al vapor.
La solución más generalizada y efectiva para disminuir las patologías asociadas a los edificios es, sin duda, en tener una correcta ventilación natural, de cara a mantener los niveles de humedad deseados. Cuanto mayor sea dicha ventilación natural, más saludable será el edificio, por contra mayor será el consumo energético asociado a la calefacción y climatización.
Para tener un edificio feliz, la única forma de garantizar una correcta ventilación y, al mismo tiempo, la mayor eficiencia energética posible es mediante intercambiadores de calor. Y el mejor sistema es utilizando muros porosos en las fachadas, de este modo, el aire del exterior va entrando lentamente al interior de la vivienda, y va adoptando la temperatura ambiente conforme va atravesando los muros. Por ello todos los materiales de construcción de las envolventes de los edificios deben ser transpirables, permitiendo el paso del aire pero no del agua, para conseguir un edificio feliz.
12 Estimular las relaciones personales y sociales
Las personas ejercemos una influencia determinante sobre los demás. Somos seres sociales, el amor, el trabajo y las relaciones en general determinan a lo largo del día muchos de nuestros estados de ánimo, nuestra alegría, tristeza, euforia, depresión…
Y uno de los factores que más estimulan nuestra felicidad es esa relación cordial y creativa con nuestros semejantes. En este sentido el diseño de las viviendas, de los edificios, de los barrios e incluso de las ciudades tendrán un papel fundamental en el futuro. En un presente en donde la tecnología nos absorbe gran parte del tiempo para las relaciones, es importante diseñar un edificio que favorezca y estimule las relaciones humanas. Para ello debe incorporar espacios para tal fin, de modo que se generen nuevos tipos de espacios para ayudar a que se establezca una red humana global que nos ayudará a aumentar nuestra felicidad.
13 Autosuficiencia (energía, agua y alimentos)
Diseñar un entorno con espacios autosuficientes que garanticen nuestras necesidades básicas de energía, agua y alimentación para no ser coaccionados por los actuales entes de poder degradados (social, político, económico y religioso), y poder alcanzar en libertad nuevas cotas evolutivas tanto individuales como sociales. Una arquitectura autosuficiente debe fomentar el máximo nivel de autosuficiencia de cada individuo, proporcionándole nuevos entornos en los que estas necesidades básicas queden aseguradas, obteniendo un bienestar y una sensación de libertad. De este modo los ocupantes del edificio podrán vencer al miedo y al estrés sintiéndose felices.
Teniendo en cuenta todos estos parámetros se pueden proyectar edificios que actúen a modo de caja de resonancia, capaces de estimular y amplificar la felicidad de sus ocupantes. Sin embargo, no es sencillo adivinar los efectos que un lugar con encanto puede tener sobre nosotros. Puede contribuir a una mejora de nuestro estado anímico en ocasiones, e incluso, a ser capaz de evadir nuestra tristeza.
¿Quieres saber más sobre este tema? Te recomendamos leer el libro de Alain de Botton: “La arquitectura de la felicidad”. Un libro, con mucho fondo de forma coloquial y divertida, que trata de la sensibilidad por la arquitectura en todos sus aspectos, narrando la forma en la que la arquitectura nos influye en la vida cotidiana y en nuestra propia felicidad sin, como ya hemos dicho, darnos cuenta en la mayoría de los casos.
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