En arquitectura, abrir una ventana no es un gesto neutro: es una declaración de intenciones. Es decidir qué relación queremos tener con el exterior, cómo se moverá la luz por el espacio y de qué manera fluye el aire, la mirada y la vida.
Thermia Barcelona lo entiende así. Sus sistemas de cerramiento en aluminio no se limitan a cumplir una función técnica: están concebidos como elementos arquitectónicos activos, capaces de acompañar el diseño con rigor, belleza y coherencia material. Elegir una ventana Thermia es elegir cómo se va a vivir un espacio.
Correderas o practicables: dos gestos, dos arquitecturas
La elección entre una ventana corredera o una practicable no es una cuestión de sistema, sino de experiencia. Las correderas permiten grandes aperturas sin invadir el espacio interior; las practicables ofrecen un mayor nivel de hermeticidad y eficiencia energética.
Thermia desarrolla ambas tipologías con soluciones que equilibran rendimiento y estética. Desde las correderas de gran formato como CF40 o la recién presentada LUXOR, hasta los sistemas practicables como AF52 o AR90 Clima, que alcanzan valores térmicos propios de climas extremos. Cada sistema responde a una lógica arquitectónica distinta, pero todos comparten la misma precisión de ejecución.
Una ventana no se elige: se proyecta
Para proyectos que priorizan la continuidad visual y la integración interior-exterior, las grandes correderas de Thermia permiten marcos ocultos, herrajes invisibles y paños de vidrio que disuelven el límite entre dentro y fuera. En cambio, en espacios donde el aislamiento es una necesidad primaria, los sistemas practicables ofrecen soluciones técnicas sin renunciar a la limpieza formal.
El equipo de prescripción de Thermia acompaña al arquitecto desde las fases iniciales para garantizar que cada ventana responda no solo al plano, sino al concepto.
Thermia Soho: cuando la ventana está dentro
No todas las aperturas miran al exterior. El sistema Thermia Soho está concebido para divisiones interiores, puertas de vidrio y paneles curvos que responden a una arquitectura sensorial. Inspirado en las antiguas estructuras metálicas con cuarterones, pero con una lectura contemporánea, Soho permite sectorizar sin clausurar, y dividir sin perder continuidad.
Su perfil minimalista admite acabados texturados, metalizados, brillantes o efecto madera, lo que lo convierte en una herramienta de proyecto versátil para interioristas y arquitectos que buscan coherencia entre material, color y luz.
El diseño pide más. La técnica, también.
Thermia trabaja desde hace más de 40 años en el desarrollo de sistemas de aluminio con fabricación y control de calidad propios. Cada cerramiento es el resultado de un proceso industrial preciso y una escucha atenta al lenguaje de la arquitectura.
Una ventana Thermia no es un producto: es una respuesta proyectual. Por eso, más que elegir, se trata de proyectar junto al sistema que mejor acompaña la idea. De eso se trata. De cerrar bien, para abrir mejor.
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